Algunas preguntas de Ana Vega (@biscayenne) a Yanet Acosta sobre novela negra y gastronomía

Algunas preguntas de Ana Vega (@biscayenne) a Yanet Acosta sobre novela negra y gastronomía


  • ¿Qué tipo de novela negra te gusta? 

La que pinta nuestra sociedad en todos sus ámbitos y clases como forma de crítica.

  • ¿Cuando decidiste poner manos a la obra con tu primera novela, tuviste en mente alguna concreta, o algún personaje o historia que les marcara como lectores?

Primero fue una idea mientras esperaba en una rueda de prensa. Después, una experiencia con pulpo vivo en Corea y por último leer Los pájaros de Bangkok. Los uní y salió El chef ha muerto.

  • ¿Cuál es tu primer recuerdo literario? 

Un verano que me aburría y le pillé de la estantería a mi primo Cien años de soledad.

  • ¿Y como comensal?

Mi primer recuerdo de restaurante sabe a licor de manzana en vaso congelado. No lo podía tomar, pero me parecía lo más en aquellos ochenta.

  • Dime tu pasaje preferido de alguna obra literaria en el que se trate el mundo culinario.

Tengo muchos, pero uno de mis favoritos pertenece a Ulises de Joyce, la gran obra con la que se inaugura la novelística moderna. Dice así:

«El señor Leopold Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves. Le gustaba la sopa espesa de menudillos, las mollejas, de sabor a nuez, el corazón relleno asado, las tajadas de hígado rebozadas con migas de corteza, las huevas de bacalao fritas. Sobre todo, le gustaban los riñones de cordero a la parrilla, que daban a su paladar un sutil sabor de orina levemente olorosa».

  • La cocina forma parte ineludible de las obras de Manuel Vázquez Montalbán o Andrea Camilleri, ¿tiene la comida algo de oscuro, de aperitivo del crimen?

Todo sucede de comida en comida.

  • ¿Existe el género gastro-noir?

Cogito ergo sum. Aquí estamos, ¿no?

  • Camilleri hablaba de cocina siciliana, Montalbán de la mediterránea o de restaurantes reales. Xabier muestra en sus libros la esfera de la alta cocina, que tan bien conoce, y Yanet también utiliza sus conocimientos sobre el periodismo y la crítica gastronómica. ¿Es necesario basar las descripciones del gusto o de la experiencia culinaria en vivencias personales?

Son vivencias personales que permiten ver la universalidad. Es partir de la gota de agua para ver el océano.

  • Dime lo que comes y te diré quién eres, decía Brillat Savarin. ¿Cómo come Ven Cabreira?

Ven es errático, inseguro, en constante búsqueda de lo que es verdaderamente, por eso, a veces prueba lo mejor y otras veces se refugia en su fabada. 

  • ¿Hay espacio para la creatividad en la literatura gastronómica –periodismo, ensayo y recetarios– o es necesario tirar de ficción para encontrarla?

Yo encuentro en la ficción mi herramienta ideal para hacer digerible y entretenida un tipo de crítica gastronómica que trasciende la crítica habitual de restaurante y a la que añado grandes dosis de ironía, sarcasmo, humor y amor. Sin embargo, me parece que de alguna manera el lenguaje de la crítica gastronómica tradicional, así como del ensayo (salvo una o dos excepciones) está caduco por manido y porque ya no refleja la realidad gastronómica que estamos viviendo. Hay un amplio campo donde evolucionar aún el estilo y donde dejar crecer la creatividad.