De Marie Colvin a William H. Russell, la estirpe del corresponsal de guerra


Con la muerte el pasado mes de febrero de Marie Colvin, corresponsal de guerra del diario inglés The Sunday Times, volví a pensar en quién fue el primero que abrió este surco del Periodismo, sin el que, aún estaríamos más lejos de la verdad de los conflictos bélicos en el mundo. Y fue el inglés William Howard Russell  quien cubrió la Guerra de Crimea (1853-1856) para el diario británico The Times.
El periódico The Times fue creado en 1788 por el rico comerciante de carbón John Walter, quien desde el principio tuvo claro que era un periódico para diferenciarse. Y lo consiguió, manteniendo su neutralidad política, pero incluyendo las opiniones de conservadores y progresistas, asimilando las innovaciones tecnológicas como la prensa de vapor (1814) y creando tipografía propia, como la Times New Roman (en 1931).
También se diferenció manteniendo su formato sábana (gran formato) hasta 2004 y apostando por los corresponsales. Primero envió a Francia a uno de sus periodistas y después creó la estirpe del corresponsal de guerra con Russel.
Este periodista dejó claro que informar sobre el campo de batalla no es un parte militar. Los periodistas cuentan los muertos, de un bando y del otro. En sus textos sobre la guerra de Crimea hizo pública la inferioridad inglesa, enfrentándose a los desmentidos oficiales. Demostró desde el siglo XIX que los grandes reportajes no se atienen ni a la autocensura ni a la ortodoxia de los textos basados en creencias o supuestos generalmente aceptados.
Russell fue un periodista denostado por la propia reina Victoria y por el ejército, que lo quería incluso linchar por indeseable. Sin embargo, me lo imagino diciendo, igual que Marie Colvin cuando perdió su ojo izquierdo en la guerra de Sri Lanka: «Vale la pena».
Aquí algunas de las propias palabras de Colvin, tomadas del discurso que dio en la iglesia de St Bride de Londres en 2010 en memoria de otros compañeros:
Muchos de ustedes os debéis haber preguntado -u os estáis preguntando ahora – ¿vale la pena el coste en vidas, el desamor, la pérdida? Me enfrenté a esa pregunta cuando perdí el ojo. Incluso un periódico publicó una noticia con el titular: ¿Ha ido Marie Colvin demasiado lejos esta vez? Mi respuesta entonces y ahora, es que vale la pena.
Alguien tiene que ir allí y ver lo que está pasando. No se puede obtener esa información sin ir a lugares donde se está disparando a la gente.
La verdadera dificultad es tener la suficiente fe en la humanidad para creer que las personas suficientes ya sean gubernamentales, militares o el hombre en la calle, se preocupan cuando la información llega al papel, a la web o se ve en la pantalla del televisor».

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